COMPOSICIÓN Y PROPIEDADES DE LAS ALGAS III

En esta tercera parte del análisis veremos cuáles son los componentes más definitorios de las algas como la clorofila, los minerales y los oligoelementos

En dos artículos anteriores hemos analizado, con detalle, los componentes y las propiedades terapéuticas que tienen las algas, dada la importancia que están adquiriendo en la actualidad, tanto a nivel culinario, como medioambiental, como terapéutico.

En la primera parte, analizamos las proteínas, ácidos grasos y  carbohidratos que poseen las algas (Atsushi, Kazi, Idam, Nobuyoshi, Junichi et al., 2014).

En el segundo artículo, profundizamos en los componentes de las algas, haciendo especial referencia a las vitaminas, ácido algínico y alginatos, finalizando con el ácido fucínico y fucanos (Hanssen et al., 2014).

A raíz de las investigaciones más relevantes en la materia, (Barbosa, Coutinho, Costa y Reis, 2019; Li, Wu, Shao, Wang, Qian y Xu, 2013) veremos a continuación los componentes más característicos de las algas:

Clorofila

  • Se trata de un pigmento de color verde, presente en plantas y algas.
  • Su actividad biológica es fundamental, pues es la que hace posible la fotosíntesis. Este proceso es indispensable para el desarrollo de la vida sobre la tierra.
  • Actúa como captor solar, atrayendo y capturando las partículas de la luz, ricas en energía.
  • En las algas, la clorofila se encuentra en los cloroplastos y absorbe, únicamente, el rojo y el azul del espectro solar (que llegan a la Tierra, incluso con tiempo nublado y cubierto el sol) y refleja el verde.
  • Al mismo tiempo, la clorofila protege las células de los vegetales, enfriándolas y preservándolas de la radiación ultravioleta.
  • De este modo, la clorofila impide que las plantas se sequen, al mismo tiempo que estimula la producción de nutrientes.
  • El ser humano, que se encuentra al final de la cadena alimenticia, aprovecha todos estos componentes concentrados.
  • La clorofila, a nivel terapéutico, se caracteriza por:
    • Evitar el estreñimiento.
    • Aumentar la reparación de tejidos dañados.
    • Ayudar a disminuir el colesterol y los triglicéridos.
    • Combatir el mal aliento.
    • Desintoxicar.
    • Tienen propiedades anticarcinogénicas.

Sales minerales y oligoelementos

  • Las algas son ricas en calcio, hierro, sodio, potasio, fósforo y magnesio.
  • El contenido mineral de algunas llega al 36% de su peso en seco, lo que las convierte en el alimento con mayor aporte de estas sustancias.
  • Durante la cocción en agua, las sales minerales tienden a quedarse en el líquido. Por eso, no se debe tirar el “caldo” de las algas, sino utilizarlo para tisanas o sopas.
  • Otra fuente de salud la constituyen los denominados oligoelementos (o elementos traza), que están suscitando un creciente interés en cuanto a su función clave en todos los procesos metabólicos vitales y también para combatir el envejecimiento precoz.
  • Los oligoelementos son, asimismo, los principales responsables de las virtudes desintoxicantes de las algas.
  • De especial interés son el yodo, el cinc, el silicio el cobalto, el cromo y el manganeso.
  • Veamos cómo influyen pequeñas dosis de estas sustancias en nuestra salud:

1. CINC

    • El cuerpo humano contiene en total de 2 a 3,5 gramos de cinc.
    • Si baja el nivel de cinc en el páncreas, se produce un desequilibrio en la secreción de insulina, aumentando el azúcar en sangre
    • Para que la insulina sea eficaz, debe contener cinc
    • La falta de cinc provoca fatiga y dificultad de concentración.

2. COBALTO Y HIERROnutricion y salud

    • Esenciales para producir hemoglobina, que es la sustancia de los glóbulos rojos que transporta oxígeno a las células.
    • Su carencia puede producir anemia grave.

3. CROMO Y MANGANESO

    • En cantidades infinitesimales, hacen bajar el nivel de glucosa en sangre (glucemia) en la diabetes juvenil, ya que desempeñan un papel muy importante en el metabolismo de los glúcidos.

4. SILICIO

    • En combinación con el calcio, fortalece los huesos y los mantiene flexibles.
    • Forma parte de la composición de las uñas, de los cabellos y de la piel.
    • Las dermatosis (afecciones de la piel) se curan más rápido cuando se aporta silicio suplementario en la alimentación.
    • El silicio ayuda a mantener el cabello fuerte y brillante, y evita su caída.

5. YODO

    • Para que la glándula tiroides funcione con normalidad, necesita 150 microgramos de yodo al día.
    • Por ejemplo, en Suiza (un país desarrollado y rico aunque lejano al mar), a pesar de que la sal común de cocina está enriquecida con esta sustancia, se ha comprobado que el aporte de yodo en la nutrición humana es insuficiente en la mayoría de la población.
    • En habitantes de algunos poblados de países subdesarrollados, es frecuente encontrar múltiples casos de hipotiroidismo debido a esta carencia.
    • Una tiroides con actividad mermada por falta de yodo, ejerce una acción desfavorable sobre el páncreas.
    • Además, el yodo descongestiona los ganglios linfáticos, activa la secreción de las glándulas endocrinas y facilita el metabolismo celular.
    • Las algas marinas son 5 veces más ricas en yodo que la propia agua del mar. Por ello, las personas afectadas de hipertiroidismo no deben consumir complementos alimenticios a partir de algas marinas sin consultar previamente con su médico.
    • Sin embargo, las personas que sufren hipotiroidismo pueden ingerir sin problemas las algas de agua dulce (como la Haematococcus Pluvialis, que da lugar al pigmento Astaxantina, de la que tanto hablamos en Algamania).

En resumen, la literatura científica existente sobre el tema señala que las algas marinas son ricas en minerales fundamentales para la salud, como el yodo, el hierro y el calcio, entre otros. Las algas destacan, sobre todo, por su elevada concentración de yodo, un mineral fundamental para el correcto funcionamiento de la glándula tiroides y que no es fácil de encontrar en alimentos que no tengan origen marino.

También es interesante el aporte de minerales como el fósforo y el calcio que aparecen muy concentrados en las algas marinas (a modo de ejemplo, se considera que el alga Espagueti de mar aporta mucho fósforo, mientras el alga Hijiki es especialmente rica en calcio (Müller et al., 2013).

Además de eso, las algas tienen una elevada concentración de hierro que además aparece acompañado de forma natural por la vitamina C, que favorece su absorción por parte del organismo (Capitanio, Sinagra, Weller, Brown y Berardesca, 2012).

Referencias

Atsushi, F., Kazi, AS., Idam, H., Nobuyoshi, A., Junichi, T., Hidenori, T., Atsuya, Y., Kohji, M., Masamichi, N., Masayoshi, T., Poh, WP., Youichi, S., Naoki, Y. et al. (2014). Identification and Biochemical Characterization of Halisulfate 3 and Suvanine as Novel Inhibitors of Hepatitis C Virus NS3 Helicase from a Marine Sponge. Marine Drugs, 12(1), 462-476.

Barbosa, A., Coutinho, A.J., Costa, S.A. y Reis, S. (2019). Marine polysaccharides in pharmaceutical  applications: Marine Polysaccharides in Pharmaceutical Applications: Fucoidan and Chitosan as Key Players in the Drug Delivery Match Field. Marine Drugs, 17(12), pii:E654.

Capitanio, B., Sinagra,  J.L., Weller, R.B., Brown, C. y Berardesca, E. (2012). Randomized controlled study of a cosmetic treatment for mild acné. Clin. Exp. Dermatol., 37(4), 346-349.

Hanssen, KO. et al., (2014). The Bromotyrosine Derivative Ianthelline Isolated from the Arctic Marine Sponge Stryphnus fortis Inhibits Marine Micro-and Macrobiofouling. Marine Biotechnology, (NY) 19(1), 213-219.

Li, YX., Wu, HX., Shao, CL., Wang, CY., Qian, PY. y Xu, Y. (2013). Antifouling Activity of Secondary Metabolites Isolated from Chinese Marine Organisms. Marine Biotechnology (NY), 15(1), 552-558.

Müller, WE. et al. (2013). Principles of biofouling protection in marine sponges: a model for the design of novel biomimetic and bio-inspired coatings in the marine environment?. Marine Biotechnology, (NY) 15(1), 375-398.

Ruxton C. y Jenkins, G. (2013). A novel topical ingredient derived from seaweed significantly reduces symptoms of acné vulgaris: A general  literatura review. J. Cosmet. Sci., 64(1), 219-226.

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