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Hoy por hoy, está comprobado que existe una correlación entre alimentación y salud y que, simples cambios dietéticos, pueden prevenir muchas patologías
El cuerpo humano está formado por unos cien mil millones de células, que se renuevan continuamente, y este número se mantiene constante a lo largo de gran parte de nuestra vida.
Sin embargo, al envejecer, disminuye tanto el número de células como la actividad de las mismas. ¿Y qué ocurre en nuestro organismo?:
- Que las proteínas, los glúcidos y los lípidos suministran al cuerpo las calorías necesarias para la reproducción celular
- Que las vitaminas, minerales y oligoelementos (sustancias esenciales y necesarias para que se produzca el proceso de combustión intracelular) dotan al organismo de energía.
Cuando se produce una alimentación desnaturalizada y desprovista de sustancias vitales, se está impidiendo la metabolización normal de las calorías, lo cual conduce a un aumento de peso.
En contraposición, una buena alimentación, debidamente equilibrada, suministra calorías (energía), pero también sustancias vitales para mantener la homeostasis del organismo
Afirmar que un alimento concreto cura una enfermedad no es cierto y es, como mínimo, aventurado. Sin embargo, el conjunto de la alimentación es lo que determina nuestro estado nutricional, de modo que es este estado nutricional, en definitiva, el que resulta decisivo para la salud.
Las algas contienen todas las vitaminas, enzimas, minerales y oligoelementos que nuestro organismo necesita. Pero estos vegetales marinos no son sólo un alimento completo, sino que también se ha comprobado que poseen múltiples propiedades nutritivas y medicinales.
Las algas, junto con la cúrcuma, el jengibre, el limón, el ajo, la cebolla, el apio la zanahoria y algunos otros alimentos naturales, constituyen la élite de los alimentos con propiedades terapéuticas.
Propiedades Terapéuticas de las algas
A las algas se les atribuyen numerosas virtudes terapéuticas, algunas de ellas serían (Pérez, Mateos y Rupérez, 2016; Ventura, Rodrigues, Falcão y Alves, 2018):
- Constituyen un buen complemento nutricional
- Desintoxican y eliminan metales pesados del cuerpo
- Estimulan el sistema endocrino y reequilibran el organismo
- Favorecen la circulación
- Protegen las mucosas y las lubrifican
- Refuerzan el sistema inmunitario
- Regulan el nivel de glucemia, colesterol y ácido úrico
- Remineralizan
- Son antioxidantes (y, por tanto, antienvejecimiento)
- Son laxantes y antisépticas
- Refuerzan el confort y la salud intestinal
- Son coadyuvantes en las dietas de adelgazamiento.
Las Algas en la Nutrición
Desde el punto de vista nutricional, las algas se caracterizan por presentar un bajo contenido calórico, ya que aunque son ricas en proteína, presentan cantidades muy pequeñas de grasa.
Muchas de ellas contienen aminoácidos esenciales similares a las legumbres o los huevos. Además, una gran parte de los carbohidratos son polisacáridos no digeribles por los enzimas digestivos, de manera que favorecen el tránsito intestinal.
Minerales
Por otro lado, presentan importantes cantidades de minerales, debido a su capacidad para absorber de un modo selectivo las sustancias inorgánicas del mar a través de sus polisacáridos superficiales. Las algas más comúnmente utilizadas como alimento (excepto el alga Nori), presentan mayores niveles de magnesio que otros de procedencia vegetal (como sería el caso de las legumbres, zanahorias, naranjas y manzanas) y otros de procedencia animal (como es el caso de la carne, el pescado y los lácteos). Como sabemos, el magnesio (Ventura, Rodrigues, Falcão y Alves, 2018):
- Es imprescindible para la correcta asimilación del calcio y de la vitamina C,
- Equilibra el sistema nervioso central, ya que ayuda en la transmisión de los impulsos nerviosos, y
- Aumenta la secreción de bilis.
Los contenidos en calcio y en fósforo son mayores que en algunas frutas (como la manzana o la naranja), y la relación calcio/fósforo es alta, por lo que la absorción de calcio no está limitada por la formación de sales insolubles de fosfato cálcico.
El calcio es importante en la formación de huesos, del tejido conjuntivo y de los músculos y es esencial para una buena circulación de la sangre. Por su parte, el fósforo es un elemento constituyente de la estructura de los huesos, forma parte de las membranas de las células y del tejido nervioso.
Asimismo, la mayor parte de las algas contienen también cantidades importantes de yodo, que es esencial para el funcionamiento del tiroides. Por otra parte, el contenido en sodio de las algas es elevado, lo cual deben tener en cuenta las personas que tienen que controlar el consumo de sal en la dieta (Ventura, Rodrigues, Falcão y Alves, 2018).
Vitaminas
Las algas también destacan, normalmente, por su contenido en vitaminas B1, B2, A y C e incluso algunas poseen la B12, que no está presente en los vegetales terrestres, lo que las convierte en un valioso complemento de una dieta vegetariana o vegana.
Del mismo modo, cabe señalar su alto contenido en fibra, algo que puede llegar a determinar los principales efectos nutricionales y utilidad de estos alimentos. Para Babio, Balanza, Basulto, Bulló y Salas (2010) y Sánchez-Muñiz (2012), las propiedades físicas más significativas de la fibra alimentaria son la viscosidad y la capacidad para retener agua, grasa, sales biliares y sales minerales. La fibra que nos proporcionan las algas es sumamente beneficiosa, en tanto en cuanto (Cheong, Qiu, Du, Liu y Khan, 2018):
- Produce retraso en el vaciamiento gástrico,
- Contribuye al incremento de la masa fecal,
- Ralentiza la digestión, y
- Disminuye la absorción de algunos nutrientes.
Entre los efectos sistémicos de la fibra, cabe destacar el papel hipolipemiante de algunos tipos de fibra y la menor liberación de insulina postpandrial. Por último, la fibra de las algas también tiene asociados compuestos bioactivos que tienen actividad antioxidante y capturan los radicales libres del organismo (Sánchez-Muñiz, 2012).
Además, las algas poseen altas dosis de hierro, imprescindible para suministrar oxígeno y energía a nuestro organismo. Todos estos beneficios las convierten en un superalimento.
Referencias
Babio, N., Balanza, R., Basulto, J., Bulló, M. y Salas-Salvadó, J. (2010). Dietary fibre: influence on body weight, glycemic control and plasma cholesterol profile. Nutr. Hosp., 25(1), 327-340.
Cheong, KL., Qiu, HM., Du, H., Liu, Y. y Khan, B. (2018). Oligosaccharides Derived from Red Seaweed: Production, Properties, and Potential Health and Cosmetic Applications. Molecules, 23(10), pii: E2451.
Huang, X. (2010). Advances in Polysaccharides Extraction from Medicinal Plants. Xiandai Huagon/Modern Chemical Industry, 12(1), 32-36.
Jiao, G., Yu, G., Zhang, J. y Ewart, H. S. (2011). Chemical structures andbioactivities of sulfated polysaccharides from marine algae. Marine Drugs, 9(2), 196-233.
Pérez, E., Mateos, I. y Rupérez, P. (2016). Low molecular weight carbohydrates released from Okara by enzymatic treatment under high hydrostatic pressure. Innov. Food Sci. Emerg. Technol., 38(1), 76-82.
Pérez, E., Veses, AM., Redondo, N., Tenorio, MD., Villanueva, MJ., Redondo, A., Marcos, A., Nova, E., Mateos, I. y Rupérez, P. (2018). Soybean Okara modulates gut microbiota in rats fed a high-fat diet. Bioactive Carbohydrates and Dietary Fibre, 16(1), 100-107.
Sánchez-Muñiz, F.J. (2012). Dietary fibre and cardovascular healt. Nutrición hospitalaria, 27(1), 31-45.
Ventura, S., Rodrigues, M., Falcão, A., y Alves, G. (2018). Safety evidence on the administration of Fucus vesiculosus L. (bladderwrack) extract and lamotrigine: data from pharmacokinetic studies in the rat. Drug. Chem. Toxicology, 18(3), 1-7.